A nivel elemental podemos considerar que un bien activo es aquel que tiene la capacidad de generar ingresos para su poseedor, mientras que un bien pasivo es aquel que genera gastos o pérdidas.
Financieramente un activo es la suma de los pasivos más el patrimonio neto.
Activo = pasivo + patrimonio neto
Los bienes pasivos son aquellos que generan un gasto constante, tales como la nómina, el pago a proveedores, servicios e impuestos. Entre los cuales también se considera la deuda o créditos.
El endeudamiento de cualquier empresa se refleja en el pasivo en el balance, al tratarse de obligaciones vigentes surgidas como consecuencia de decisiones pasadas, y su cancelación se efectúa –habitualmente– a través de su liquidación en dinero en efectivo.
Sin embargo, hay razones para considerar que la deuda es un activo empresarial con base en su uso y objetivos. Por ejemplo:
- La conversión de la deuda en patrimonio propio (adquisición de bienes patrimoniales).
- La adquisición de equipo de trabajo que a corto plazo cueste 3% más pero otorgue 15% de retorno de inversión, lo que significa una ganancia de 12%.
Solicitar préstamos para su empresa a través de instituciones financieras con objetivos concretos puede ser más benéfico que conseguir capital a través de socios o accionistas, debido a que si a la empresa le va bien, no pagará más por su crédito, en cambio a sus accionistas sí se incrementa su ganancia.
Otras ventajas de adquirir deuda es la construcción de un historial financiero, algo indispensable para continuar adquiriendo bienes patrimoniales para hacer crecer su empresa.
Ojo, si su empresa adquiere deudas para cubrir gastos considerados pasivos, tampoco significa que sea una deuda mala, sus pasivos le ayudan a garantizar la continuidad de la operación. Por lo que el retorno puede ser más lento, pero seguro.
Permita la expansión de su negocio; recuerde que las empresas pueden contar con múltiples fuentes de financiamiento, todas con sus pros y sus contras, sin embargo, las PyMEs se enfrentan al reto de ser constantemente rechazadas por la banca tradicional.
Para las pequeñas y medianas empresas, las Sofomes somos una alternativa de financiamiento que les permite aprovechar oportunidades de negocio, conservar su patrimonio y garantizar su operación.
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