Desde el inicio del confinamiento en nuestro país, las empresas consideradas no esenciales tuvieron que bajar la cortina y migrar a lo digital para no interrumpir su operación. Desde ese momento surgió un boom por las herramientas de teleconferencias, medición de productividad, mensajería instantánea y más, para implementar el home office de la mejor manera posible.
Con esta aceleración, hasta la vida de las personas que ya trabajaban vía remota cotidianamente, cambió: los niños están en casa, los vecinos están en casa y el espacio de trabajo se hizo más ruidoso y lleno de distracciones.
Justo esta ha sido la preocupación de los jefes y dueños de empresas, de acuerdo con Owl Labs, el 82% de los líderes empresariales temen que haya una baja en la productividad y una baja en la concentración de los integrantes del equipo.
A pesar de los temores, el 64% de las empresas consideran preservar –por lo menos en una parte de su operación– el home office para adaptarse a la nueva normalidad. En cuanto a los trabajadores, el 98% espera conservar el trabajo remoto, al menos parcialmente, reporta Buffer.
Pero con las ventajas, también nos enfrentamos a los nuevos retos, tanto como empleados como empleadores. Si bien el 32% de los trabajadores considera la flexibilidad del horario como una ventaja, el resto no está muy de acuerdo.
Con el trabajo a la distancia se han difuminado los turnos y disponibilidad de los empleados. La Asociación de Internet MX reportó que el 39% de los trabajadores trabajan entre 9 a 12 horas, mucho más que las horas laborales reguladas. Hemos pasado de trabajar máximo 48 horas a la semana (8 horas al día por seis días a la semana), a trabajar hasta más de 60 horas.
Lo anterior ha incrementado el estrés de los trabajadores hasta en 30%, y el 70% indica que trabaja mucho más en esta modalidad.
Es momento de mejorar el trabajo a la distancia con límites
Así como existen los horarios de oficina (9 a 6 pm el más común en México), debe existir el horario en home office. Los más experimentados respetan este horario, el 72% considera que con ese ritmo su productividad aumenta. Una ventaja no solo para el trabajador, sino para el empleador.
El síndrome del burnout se acerca peligrosamente mientras trabajamos a la distancia. Las constantes juntas virtuales, que llegan a alargarse mucho más (el ya conocido problema de la “juntitis”, lo que hacía a los trabajadores perder valiosas horas en la oficina) empuja a los trabajadores a extender sus horas laborales a las 8pm, 9pm, 10pm o hasta más.
Es un simple ejercicio de sentido común: si mi trabajador está cansado, rendirá menos y si rinde menos, producirá menos. Mantenerlos trabajando sin parar no beneficia para nada a las empresas, al contrario, cada año se pierden 16 mil millones de pesos en el sector productivo de México por el síndrome burnout.
¿Cuánto está dispuesto a perder por incrementar las horas de trabajo a sus empleados porque están en casa? Establezca límites y reglas, porque con la pandemia y el trabajo a la distancia, las iniciativas de ley para regular el home office se hacen inminentes y entre más pronto mejore su gestión a la distancia, más sencillo será para su empresa implementar nuevas reglas para usarlas a su favor.