Adquirir una deuda no es para nada malo, siempre y cuando seamos conscientes del compromiso que adquirimos y no caigamos en malas prácticas al ejercer los recursos que alguna entidad financiera nos proporcionó.
Primero, es muy importante que no se olvide de que los fondos adquiridos no son enteramente suyos, hasta que sean pagados. No es un ingreso extra, sino una oportunidad de contar con liquidez en un momento necesario. Con esto en mente, pasemos a las diferencias:
Deuda buena
- Permite generar un historial crediticio
- Ayuda a impulsar un negocio o a garantizar su operación
- Funciona para aprovechar oportunidades de negocio
- Ayuda a generar nuevos ingresos (al utilizarla para adquirir insumos necesarios o inmuebles)
- Sirve para adquirir activos que serán de utilidad a mediano o largo plazo
Pero la deuda buena se puede convertir en deuda mala con mucha facilidad:
- Al no realizar un cálculo correcto entre sus ingresos y lo que debe pagar
- Al atrasarse en los pagos
- Al utilizarla en algo que definitivamente no será redituable
- Al usarla en gastos no previstos para el crédito
- Al no administrarla adecuadamente
Es indispensable que al solicitar un crédito para su empresa ponga atención a detalles como el proceso legal que requiere la entidad prestadora, que elija una institución avalada y regulada, y sobre todo, una que no solo le otorgue un crédito por vender, sino que le proporcione asesoría financiera para que usted pueda dar un buen uso a sus nuevos recursos.
En PDN contamos con profesionales financieros que le apoyarán a obtener la mejor opción entre nuestros productos, ellos no permitirán que su deuda se convierta en mala y le darán la asesoría que requiera para hacer un buen uso de su crédito empresarial.
Si está en busca de una oportunidad financiera, precalifique y un asesor se pondrá en contacto con usted:
